Pese a que la Ingeniería de Alimentos en Chile, es una carrera que data de medianía de la década del 50, el desconocimiento acerca de sus funciones, sus responsabilidades, aportes y trascendencia específica en la cadena alimentaria del país, es bastante poco conocida por la sociedad en general, siendo muchas veces confundida con otras carreras o erróneamente reemplazada por otros profesionales, dejando en gran evidencia, la ignorancia existente frente a la real labor de dicha ingeniería, reflejado por ejemplo en confundir perfiles técnicos con perfil ingenieril profesional.
Sin embargo, ha quedado demostrado desde aquel entonces y en la práctica, que el rol del ingeniero en alimentos está presente en lo que implica alimentar a un país, en todo el proceso desde que llega la materia prima, su posterior trabajo, diseño de alimentos, producción, procesamiento, incluso llega hasta después de ser entregado el producto al cliente final.
Actualmente son 8 universidades chilenas que imparten esta carrera, cada cual, con su propia línea educativa, con miradas diversas sobre la industria en la cual se desenvuelven sus alumnos, con distintas competencias, pero con una convicción total y absolutamente compartida, el ingeniero en alimentos es el profesional por excelencia que conoce sobre producción, diseño y procesamiento de alimentos, por ende, es irremplazable cuando de cadena alimentaria se trata.
Este mismo lineamiento pueden observar los estudiantes de Ingeniería en Alimentos de la Universidad Austral, en la cual su jefe de Carrera Dr. -Ing. Kong Shun Ah-Hen comentó que trabajan bajo el lema “del campo a la mesa”, pues sus estudiantes conocen desde la materia prima en el campo durante los primeros años, hasta las bases de la ciencia y los alimentos en los años posteriores. “Chile ha cambiado mucho y nos hemos tenido que adaptar, por lo mismo es que desde hace años potenciamos la investigación láctea. Mucha gente de América Latina venía a nuestro instituto de Ciencias y Tecnología en Alimentos para aprender y desde ese entonces a la fecha, se ha trabajado mucho por el campo lácteo en el sur del país. Actualmente tenemos una planta piloto donde se producen lácteos y queremos ampliarla, ya que nos interesa abarcar productos vegetales y producción de cerveza artesanal y de esta forma ofrecemos oportunidades para los estudiantes, ya que pueden seguir trabajando en investigación si quieren, o vincularse con magister de nutrición agrícola, producción animal, etc”, explicó el Dr. Kong Shun.
Dr. -Ing. Kong Shun Ah-Hen. Director Escuela de Ingeniería en Alimentos, Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Universidad Austral de Chile.
Por otra parte, Andrés Córdova, Académico de la Escuela de Alimentos – PUCV y jefe de Vinculación con el Medio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, señaló que tienen un modelo educativo que se basa en competencias que son de formación fundamental de la disciplina, específicamente con el saber del ingeniero en alimentos y otras competencias transversales profesionales que marcan la diferencia. “Nuestros estudiantes tienen un nivel de conocimiento adecuado, en términos de ciencias, ingeniería, ciencias básicas aplicadas al procesamiento industrial de alimentos, para garantizar la producción inocua, pensada en el consumo de alimentos para el ser humano, con aspectos de gestión comercial y producción bajo normativas sanitarias que apliquen”, dijo Córdova.
Andrés Córdova. Profesor Asociado Escuela de Alimentos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Y en esa misma línea, Lorena González Académica de la Escuela de Alimentos de la PUCV, explicó que los valores que se entregan a los jóvenes son la ética, compromiso social, solidaridad, manejo del lenguaje, tecnologías de la información y formación ciudadana responsable entre otros. “El quehacer del ingeniero en alimentos da lugar para que otros profesionales se involucren, sin embargo, no hay nadie que sepa más de alimentos que nuestra profesión, por eso es que ponemos énfasis en que la formación de nuestros profesionales sea de excelencia, conocimiento, actitud, modelo basado en competencia y que sepan realizar procedimientos cuando corresponda y ese enfoque lo aplicamos en nuestras evaluaciones en forma integral durante todos los años. Comentó González.
Lorena González. Ingeniero de Alimentos, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Otra de las casas universitarias consultadas fue la Universidad de los Lagos , en la voz de Betty Ronceros jefa de Carrera Ingeniería en Alimentos. Ella destacó la importancia regional que tiene la carrera y su desarrollo, pues es justamente una universidad sureña ubicada en zona alimentaria con una enorme demanda de profesionales del área de alimentos, pues según Ronceros, los egresados no sienten mayor interés por ir a la capital y le dan valor a la mentalidad del aporte a problemáticas de su región. “Tenemos un 30% de estudiantes de la comunidad indígena y la ayuda que los estudiantes deben ofrecer a su comunidad es uno de nuestros sellos.
Estamos implementando la Responsabilidad Social Universitaria, en la cual, desde primer año, los jóvenes van a salas de procesos de emprendedores con restricciones económicas, enfrentando otras realidades distintas a las de la gran industria. Ahí se les plantean desafíos como sacar resoluciones sanitarias, preparar material, ir a terreno, optar por otros mercados y en el fondo solucionar problemas reales mucho más allá de la nota final del ramo y éste es un gran sello que se relaciona con la colaboración humana”, apuntó Ronceros.
Betty Ronceros. Jefa de Carrera Ingeniería en Alimentos, Universidad de Los Lagos.
Bajo ese mismo espíritu, de engrandecer la educación de los estudiantes de Ingeniería en Alimentos, es que José Mario Romero, jefe de Carrera de Ingeniería de Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, destacó algunos hitos relevantes de la facultad y uno de ellos es la base química, física y matemática con trabajos prácticos en laboratorios. Según Romero sus egresados pueden dedicarse a la investigación aplicada, a la academia, industria, empresas, y minería también. “Nos dimos cuenta hace algunos años, la necesidad que tenían nuestros alumnos de conocer la parte de gestión administrativa en general, finanzas, contabilidad, RRHH, etc. Y no sólo eso, también descubren las oportunidades de crear, inventar nuevos alimentos y productos atractivos desde puntos de vista inocuos y saludables, considerando que el ingeniero en alimento es quien inventará el alimento especifico para la salud de cada cual, y puede hacerlo solo o con ayuda de otros profesionales, esa es una interrelación de profesionales”, acotó el químico.
José Mario Romero. Jefe de Carrera de Ingeniería en Alimentos, Universidad de Chile
Por otra parte, Francisco Rodríguez, Jefe de Carrera de Ingeniería en Alimentos de la Universidad de Santiago de Chile, señaló que han puesto el foco en los procesos, tienen una planta piloto que les permite fortalecer esa área y con ello el desarrollo de un nuevo plan de estudios considerando áreas de calidad, gestión y administración económica y en RRHH, área de liderazgo, etc. “Hemos incorporado asignaturas de emprendimiento, de acuerdo a los cambios en los intereses de los estudiantes, fortaleciendo siempre la ciencia de alimentos.
Nuestra universidad tiene también un gran compromiso y responsabilidad social desde el cual creamos programas de apoyo a emprendedores, ayudamos a la Municipalidad de la Pintana y junto a alumnos y profesores, colaboramos mejorando productos, entregando orientación técnica, liderando actividades de capacitación en manipulación de alimentos, desarrollo de productos, aspectos de envases, etc,. De hecho, tenemos un centro de envases y desde ahí fortalecemos el medioambiente, pues hoy todo apunta a una economía más circular, con materiales que impacten cada vez menos al ecosistema.
Otro de nuestros sellos está en la ética, en la responsabilidad de certificar que el producto cumpla con los estándares, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades blandas, señaló Rodríguez.
Francisco Rodríguez. Jefe de Carrera de Ingeniería de Alimentos, Universidad de Santiago de Chile.
La Universidad de la Serena tiene como Directora de la Escuela de Ingeniería en Alimentos a Vilbett Briones, quien señaló la importancia de establecer un perfil para los alumnos, que tiene que ver con competencias en herramientas como inglés, ciencias, sentido ético, relación con medioambiente, compromiso con la sociedad, sustentabilidad, especialidades relacionadas a diseño de productos, procesos, capacidad de investigación y gran compromiso en cuanto a la manipulación de alimentos.
“En este sentido, les estamos enseñando a los jóvenes la extracción de nutrientes, en el marco del enorme impacto de desechos tanto de origen animal como vegetal, de esta forma les enseñamos a aprovechar las proteínas, carbohidratos, etc. Es importante señalar que en nuestro grupo de formadores, todos tenemos formación continua, la carrera, magíster, doctorado y bioproceso, por eso es que los estudiantes de pregrado salen muy bien preparados, aclaró Briones.
Vilbett Briones. Directora de la Escuela de Ingeniería en Alimentos, Universidad de La Serena.
De igual forma, entregó su visión Sergio Acuña Director Escuela Ingeniería en Alimentos Universidad del Bío-Bío e indicó que “la carrera es para estudiantes que tengan el interés de integrar ciencia, tecnología e ingeniería, de modo que ellos puedan desarrollar diversas actividades pensando en el trabajo en equipo, liderazgo, toma de decisiones y a través de estos conocimientos podrán integrarse a equipos de investigación. Nuestros estudiantes son profesionales altamente capacitados para planificar, evaluar y optimizar procesos en la industria de alimentos y garantizar inocuidad de la cadena productiva en general, estando al tanto de los reglamentos sanitarios de Chile y normas a nivel internacional, listos para desempeñarse dentro o fuera del país.
Tenemos formaciones y cursos de emprendimientos y responsabilidad social, pensando en sus quehaceres profesionales y el compromiso como seres humanos, así los ayudamos a desarrollarse para empresas o independientes”.
Sergio Acuña Director Escuela Ingeniería en Alimentos Universidad del Bío-Bío
NO HAY NADIE QUE SEPA MÁS DE ALIMENTOS QUE UN INGENIERO EN ALIMENTOS
Distintas visiones y versiones se manejan desde cada jefa o jefe de carrera de las casas universitarias antes mencionadas, acerca de la importancia del ingeniero en alimentos en la cadena alimentaria y las formas de cómo enfrentar los desafíos de la cadena chilena e internacional.
Según el Dr. -Ing. Kong Shun de la Universidad Austral, el ingeniero en alimentos es crucial en la entrega de productos sanos considerando que somos exportadores y tiene un rol importante tanto en la proyección de alimentos en el comercio exterior y nacional. “Este ingeniero debe asegurar buena calidad de alimentos, ya no basta con comer “rico” hoy se nos exigen aspectos saludables, por ende, inocuos y frescos y es el ingeniero en alimento que debe conocer muy bien este tema para seguir entregando valor a la cadena, ya que su ausencia marcará una falla en el proceso alimenticio del país”, contó Shun.
La mirada de Andrés Córdova de la Universidad Católica de Valparaíso, considera que es una carrera que tiene un alto impacto en el diario vivir de las personas, “nosotros cuidamos la salud de la gente y eso nació por una necesidad de alimentar a la población chilena hace 70 años atrás, transformando las materias primas disponibles y hoy estamos frente a muchos desafíos, tenemos que crear nuevas soluciones alimentarias libres de componentes que marquen los “sellos”, la aplicación del diseño de nuevos productos de origen 100% vegetal, que emulen alimentos de origen animal con una composición nutricional casi igual, eso es ingeniería en alimentos. Nos debemos ocupar también de la sustentabilidad y el medio ambiente, producir más, ser saludables, pero con costos mínimos y accesibles para el universo de la población y para ello se necesita una fuerte educación, formación y que la industria se adapte a estas nuevas exigencias. Y en definitiva somos especialistas en la formulación, desarrollo, producción y comercialización de alimentos”, sentenció Córdova.
Para Betty Ronceros de la Universidad de los Lagos, este ingeniero es capaz de trabajar en equipo para producir desde la calidad, inocuidad, respetando protocolos de reglamentación nacional o internacional. “Administra personal, recursos, cumple con metas, recibe materias primas y discrimina que sean las adecuadas y ahí comienza su carrera, procesos, producción, despacho, etc y no sólo eso ya que Chile tiene un nicho de producción muy potente, es líder en importaciones de alimentos como salmón, arándanos y frambuesas y pese a las competencias, nuestro país es referente en otros lugares, pues jóvenes chilenos han viajado a Perú, Colombia y México a hacer sus practicas y ellos también han venido para acá y la verdad es que se nota una diferencia”, señaló.
Según José Mario Romero de la Universidad de Chile, la importancia del ingeniero en alimentos es fundamental porque es quien procesa, trabaja, conserva y decide sobre el producto alimentario final. El es quien transforma la materia prima, la muele, cuela, licúa, agrega o quita cantidades según las necesidades del cliente y el mercado general. Además, ningún profesional del ámbito científico se desenvuelve absolutamente solo, siempre debe pedir colaboración de otros profesionales, sin embargo, es irremplazable en la cadena.
Francisco Rodríguez, de la Universidad de Santiago de Chile puso el foco en el desconocimiento actual de la carrera, ya que pese a ser antigua hay mucha “desinformación y no queda claro lo que hacemos y eso lo podemos revertir a través del marketing, afianzar lazos con industrias, escuchar necesidades, generar cambios en cómo atraemos alumnos y cómo mostramos hacia la sociedad nuestra labor, hacer actividades colaborativas y vinculación con el medio” enfatizó.
Para Vilbett Briones de La Universidad de la Serena el quehacer del ingeniero en alimentos es tan importante que, si un especialista en salud sugiere cierto tipo de alimentación que reúna distintas combinaciones, sólo el ingeniero en alimentos está preparado para fabricarlo, “nosotros hacemos el diseño de ese alimento para que la persona estructure su alimentación en base a lo que necesite. Por ejemplo, un nutricionista puede hablar de cantidades, pero somos nosotros quienes diseñamos y ocupamos las proteínas vegetales o animales, trabajamos los sabores, el formato en donde se va a presentar ese alimento, dando un valor agregado a la alimentación en general. Por eso darnos a conocer en toda su magnitud es urgente, afirmó Briones.
Según Sergio Acuña de la Universidad del Bío-Bío la visión es clara “en la industria de alimentos se necesita comprender y fundamentar los fenómenos que ocurren en ella y para eso se necesitan profesionales capacitados que somos nosotros, ya que trabajamos mancomunadamente con otros expertos para entregar productos que no sólo acaben con el hambre, sino que cumplan con todas las expectativas sanitarias. Hoy además se nos exige ser amigables con el medio ambiente, tratando de consumir en su totalidad los alimentos, disminuyendo lo más posible todo tipo de desecho y esta reutilización necesita de nuevas tecnologías emergentes que nos permiten desarrollar alimentos para ciertos grupos de la sociedad, por ejemplo en la actualidad dado el Covid 19, fue necesario inventar alimentación para pacientes que estuvieron intubados y que no podían consumir alimentación de cualquier textura”, comentó Acuña.
Lo que se necesita hoy son políticas públicas que apunten a que el rol del ingeniero en alimentos destaque a nivel nacional y que dictamine por norma, que al menos exista un ingeniero en alimentos en todas las industrias alimentarias sean grandes, medianas o pequeñas.
Finalmente Amalia Astete, Jefa de Carrera de Ingeniería en Industria Alimentaria de la Universidad Tecnológica Metropolitana, UTEM, señaló que los alumnos egresan con competencias en procesos en la industria alimentaria, en calidad e inocuidad alimentaria y nutricional, innovación en procesos y productos alimentarios y también en comunicación efectiva. Mientras que desde el punto de vista más social, hacen auditorias a emprendedores, revisan lo que han elaborado y dan recomendaciones, para mejorar los aspectos que se traducirán en mayor calidad de sus productos y por ende mayores ventas.
“El rol del ingeniero en alimentos para Chile es vital, porque el ser humano depende de la alimentación para vivir, por tanto, es una enorme responsabilidad la que tenemos, de poder entregar alimentos que no nos enfermen, pero que a la vez nos nutran y cuenten con higiene, seguridad alimentaria, normativas, etc. Por lo mismo no se nos debiese reemplazar en las empresas por desconocimiento, ya que otros profesionales como agrónomos, veterinarios o ingenieros industriales, si bien pueden tener grandes conocimientos, nosotros somos los profesionales expertos, integrales y globales frente a lo que es un alimento, el resto lo ve de una forma mucho más particular”, apuntó Astete.
Amalia Astete. Jefa de Carrera de Ingeniería en Industria Alimentaria de la Universidad Tecnológica Metropolitana.